Pensar en que una familia puede elegir la opción de brindar educación a los hijos que no sea mediante la escolarización nos trae sorpresa e interés: ¿cómo es posible vivir sin llevar a los niños  a la escuela?, ¿está permitido por la ley?, ¿en verdad, aprenderán algo fuera de las aulas?, ¿cómo harán amigos y conocerán personas?, ¿cómo serán sus evaluaciones?...y más preguntas razonables que surgen al adentrarnos a conocer este estilo de vida. Miramos a estas familias con admiración, dudas e incluso recelo. Sin embargo, el elemento que siempre está presente es la curiosidad . Precisamente, querer saber, investigar y buscar respuestas son grandes tesoros del ser humano y del aprendizaje.       Existen varias formas de llevar a cabo la educación en el hogar; por ejemplo, hay familias que deciden adquirir un programa académico y seguir los contenidos del mismo para recibir calificaciones, reportes o comprobantes de que los niños están inscritos en un sistema. Esto es conocido generalmen