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¿Cómo ha sido nuestro proceso de desescolarización?

¡Hola a todos🌷! Hoy les quiero platicar acerca de cómo ha sido nuestro proceso de desescolarización (también conocido como período de desintoxicación). De acuerdo a Definición.de, el concepto de escolarización se refiere a "hacer que los niños accedan a la escuela para recibir enseñanza y completen los estudios que el Estado fija como obligatorios". Entonces, la desescolarización la vivimos al tener un proceso familiar de aprendizaje-enseñanza que implica modos alternativos en comparación a la formal u oficial. Todo este proceso de adoptar nuevos paradigmas y conceptos de educación, aprendizaje, enseñanza, metodologías, objetivos, visiones e incluso paternidad es nuestra desescolarización: hacer las cosas desde una perspectiva diferente a la habitual. 
      Cada familia decide cuál es el tiempo que necesita para este proceso; sean meses o años, la decisión es personal y libre. Al principio, para mí como mamá fue todo un reto emocional y social cada vez que nos preguntaban: "¿Porqué no fue hoy a la escuela?, ¿Hoy no tuvo clases?" o incluso comentarios algo incómodos como "¡Qué flojo! No fue hoy a la escuela". Temía esas preguntas o comentarios y sólo quería evitarlos con la idea de que podían hacer sentir incómodo a Josué. Sin embargo, haciendo una reflexión y confesión: esos comentarios a mí me hacían sentir extraña, incómoda, insegura, a la defensiva, enojada, ansiosa e inclusive nerviosa. Lo cual, hoy entiendo que han sido emociones válidas al hacer esta transición.
      Definitivamente conforme hemos ido avanzando, esas sensaciones se han ido disipando poco a poco porque veo la realidad que vivimos como familia. Cada vez me fortalezco como mamá, esposa y ciudadana al ser testigo de cómo nuestro hijo se ha ido desenvolviendo y disfrutando el tiempo de su infancia. Esto me llevó a la conclusión de que realmente la persona que pasa por la desescolarización soy yo, en especial después de 19 años en escuelas haciendo el papel de alumna y 5 años en el área laboral haciendo el papel de docente de inglés. 
       Ha sido un excelente ejercicio de vida el re pensar y actuar en consecuencia a esas reflexiones. Verán, fui una persona que supo adaptarse a las demandas del sistema educativo: buenas calificaciones, buena conducta y reconocimientos académicos. Me tocó vivir una vida con escuela, fue lo mejor que mis padres pudieron darme en ese momento; lo agradezco y hoy bendigo todas las experiencias que viví en las aulas con compañeros, amigos y maestros. Sin embargo, también quiero expresar que precisamente esa adaptación que tuve al sistema escolar obligatorio ha sido la razón por la cual el aprendizaje con libertad es nuevo y un reto para mí. 
       Me siento bendecida porque hoy vivo la experiencia de ser mamá de un niño de 7 años que asistió al kinder por dos ciclos escolares y que hasta este momento llevamos 15 meses como familia que vive la educación de una manera más libre, personalizada, natural, respetuosa y diferente a lo acostumbrado. Una diferencia que tiene todo el potencial para enriquecer, sanar y contribuir con nuestra experiencia a la comunidad cercana o en la distancia. 

      Es así como mi proceso de desescolarización sigue activo, ya que cada vez que supero o resuelvo alguna inquietud respecto a lo que estamos haciendo o no haciendo, se convierte en un paso firme para mí. Y si yo estoy bien, me siento bien, estoy segura de lo que estoy viviendo, entonces mi hijo también se empodera. De hecho, Josué desde el principio mostró una buena actitud de aceptación al vivir de esta manera. Cada vez que le pregunto qué le parecen nuestras nuevas actividades, sus respuestas hasta hoy han sido: "Me parecen muy bien, me gusta. Me gusta estar con ustedes. Me divierto más, me gusta estar en familia".
       Como pueden observar más que nada, la desintoxicación ha sido para mí, quien pasa la mayor parte del tiempo con él. ¿Y qué opina mi esposo? Esta experiencia le ha parecido excelente porque Josué es acompañado de una vibra más adecuada para su edad. A Rafa, le encanta la idea de que actualmente las mañanas y los días son más armoniosos: "La influencia de quienes lo rodeamos en su diario vivir es positiva y amorosa".
      Durante este tiempo hemos encontrado buenos recursos y tesoros en los juegos de mesa; en las asistencias a eventos de la ciudad; en nuestros viajes; en cada pregunta de Josué; en las reuniones familiares y con amigos; en las idas al campo; en las visitas al zoológico, parque, playas, piscinas, planetario, teatro; en las tardes o mañanas de caricaturas; en los días lluviosos; en los procesos naturales de la vida: cumpleaños, nacimientos y claro, en las despedidas de seres queridos; en la tecnología y videojuegos; en la música, sea un video o concierto en vivo; en los cuentos y adivinanzas; en el deporte; y sobre todo, en el juego libre al despertar y en cada instante del día.
        ¿Y realmente, aquí entre nos, todo ha sido arco iris, unicornios y caramelos?😂 ¿Todo es perfección y sonrisas?😏 ¿En verdad este estilo de vida es sólo alegría, diversión y la receta a la felicidad? En nuestro caso ha sido todo un combo de emociones: una experiencia viva, humana y en evolución. Cada miembro de esta pequeña familia es un verdadero maestro de tolerancia, ya que este estilo es una práctica constante de respeto hacia el ser de la otra persona; un descubrimiento de habilidades, gustos e intereses. Ha sido un soltar de expectativas de qué es lo mejor según mi punto de vista: cómo debe ser mi esposo en este proceso, cómo deben ser las actividades para Josué y cuántas matemáticas o escritura debe practicar según su edad, entre otros espejismos. Este estilo de vida ha expuesto en mi diario vivir la importante necesidad de soltar comparaciones con otros niños y de liberar mis temores a su posible futuro de éxitos o fracasos.
       Sí me he sentido con mucha responsabilidad, he hecho constantes cambios en mis prioridades, tanto de actividades en la casa como en mis propios deseos personales. Sí me he sentido abrumada por lo que significa hacer algo distinto a lo esperado en la familia extendida. He llorado y encontrado sensatez en la compañía de mi esposo; él ha sido mi terapeuta, amigo y compañero que me escucha con paciencia. Y claro, que también me he sentido enfadada con él por las expectativas que no veo cumplidas. Como ya he comentado, en realidad yo soy la persona que se está desintoxicando de todo un sistema y aunque al principio busqué culpables y defectos, lo mejor ha sido conectar conmigo misma, con los demás y responsabilizarme de mis propios actos. 
      Sin embargo, me pregunto también ¿será que por desescolarizar es la razón por la que me he sentido así? Puede ser. ¿El sistema escolar tiene tanta fuerza que me ha llevado a este laberinto de emociones? También podría ser. ¿O será que muchos padres y madres, independientemente de cuántos hijos tengan y  si van o no van a la escuela, sentirán alguna vez lo que he descrito? Yo creo que sí, ya que como papás queremos lo mejor para nuestros hijos al estar dispuestos a explorar otras opciones, otros enfoques o ser inspirados por otras experiencias. Ser mamá es una misión de vida que he elegido; es un arte, un don y una decisión que me ha llevado a trabajar en mi ser a través de cursos, talleres, retiros, libros, experiencias espirituales, en la oración y en el compartir. De hecho, este blog nace de la necesidad que tengo de comunicar lo que pienso, siento y vivo. 
      Para este post incluyo cuatro links a páginas súper interesantes y recomendables. Admiro y respeto a estas grandes mujeres que han compartido sus experiencias de vida: muchas bendiciones a Priscila Salazar, Cecilia Arévalo, Yvonne Laborda y a Laura Castellaro por ser hermosas luces en este camino.
Período de desescolarización. Supraescolar.
Desescolarizar nuestras mentes. Yvonne Laborda.
Desescolarizar a los hijos. Laura Castellaro
Miedo a desescolarizar. Aprendizaje orgánico

       Gracias por estar aquí, nos leemos en el siguiente post. Bendiciones. Nos amo💜🌈👪.


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